Sauco - La sanación
En el mes de noviembre del año 2010 se abrió en Portugal y en Francia una historia médica con la frase "bouffées delirantes aiguëes", y en diciembre del mismo año apareció en Colombia un diagnóstico de “trastorno bipolar” para una joven de 23 años que recién terminaba su Maestría en derecho del arbitraje y comercio internacional.
Esa joven soy yo, y hoy comparto en homenaje a todos aquellos que han hecho frente a una enfermedad, algunos trozos íntimos de este ámbito de mi vida.
Decidí nombrar estos poemas “sauco” pues recordaré siempre las aguas aromáticas preparadas con las flores de esa planta por mi adorada abuela materna, María Aracely Caro Gonzalez.
Espero que estos escritos lleguen a ti, como las agüitas aromáticas de una abuelita que sana con magia amorosa cualquiera de nuestros males.
A lo largo de este camino, algunos profesionales médicos con los que he "trabajado" me han invitado a no encasillarme con un diagnóstico y enfermedad de “bipolaridad” sino con una “fragilidad”, y con unas “defensas hipomaníacas” que por momentos pueden surgir. He aceptado esa invitación desde una óptica de sanación...
Sin embargo, y aunque entiendo que las precisiones del lenguaje otorgan o no poder, lo que no generó nunca distintas interpretaciones ni da hoy lugar a ello es que desde mi "primera crisis" o el "primer episodio" me fue necesario -léase obligatorio, iniciar cotidianamente -y de por vida, un tratamiento médico de “base” (litio) y que en caso de "crisis" ou de "alerta" agregar sedantes y otros medicamentos que me permitan volver a la estabilidad emocional "eutimia"...
Me fue indispensable también, el ser (al fin) consciente de la necesidad de llevar a cabo un profundo seguimiento terapéutico que acompañara la revolución en mi ser, el dolor para el árbol familiar, el pasado turbulento, la búsqueda constante de respuestas, el amor sobre protector que suele ahogarnos, los rezos profundos, y todo lo tantisimo más que despierta una fragilidad a nivel psiquiátrico.
Desde mis 23 años, sé entonces lo que es el “zolpidem”, el “risperdal”, el “ácido valproico”, la “quetiapina”, el “tercian”, el “lamictal”, el “litio” y algunos otros más… Sé también lo que es un delirio, un desequilibrio de los neurotransmisores, una actividad o una inercia extrema a nivel mental, el peligroso insomnio, el descanso obligado, el flotar en un lugar que no es la realidad consciente con voces, gritos, miedos, interpretaciones, misticismo y en dos ocasiones con bomberos y hospital.
Desde mis 23 años, el amor ha sido mi más dulce salvación.
Solo puedo manifestar un profundo GRACIAS a mi esposo, a toda mi familia, a mis amigas y amigos.
Un profundo GRACIAS también a todos los terapeutas y guías espirituales con quienes sigo aceptando (siempre con dosis altas o bajas de dolor), todos los aprendizajes y las experiencias que me ha entrega esta “fragilidad” llamada científicamente “bipolaridad”.
Hoy valoro la suprema importancia de contar ANTE TODO conmigo misma, pongo en marcha el termómetro de la mesura,y sigo entendiendo que este camino no tendrá fin en esta encarnación. Fue mi elección antes de nacer, como se leería en el universo del Alma...